La interfaz de usuario es el punto de contacto directo entre tu producto digital y los usuarios. Un término mal traducido, un botón con un verbo poco claro o un mensaje de error ambiguo pueden generar fricción, dudas y hasta pérdida de clientes.
La adaptación lingüística de la UI no es simplemente traducir palabras: es interpretar, ajustar y rediseñar los textos para que se adapten al contexto cultural, social y lingüístico de cada audiencia. En mercados internacionales, estas diferencias son críticas: lo que en un país transmite confianza, en otro puede sonar agresivo o poco profesional.
En iLink nos especializamos en alinear la comunicación digital con la cultura del usuario, logrando que cada interacción sea natural, fluida y confiable. Esto se traduce en mayor satisfacción, más conversiones y un posicionamiento más sólido de la marca en entornos globales.
Definimos un glosario unificado que evita inconsistencias en la comunicación. Un término homogéneo en toda la interfaz genera seguridad y refuerza la identidad de marca.
Los textos pequeños —botones, notificaciones, mensajes de error, formularios— son decisivos. Adaptamos cada microcopy para que invite a la acción de manera clara y acorde a la cultura local.
La localización también implica precisión técnica: un formato de fecha erróneo o un símbolo de moneda mal presentado afecta la confianza. Garantizamos que los datos visibles se ajusten a la norma del país objetivo.
Más allá del texto, ciertos íconos o colores tienen connotaciones culturales diferentes. Nuestra asesoría analiza estos detalles para evitar interpretaciones negativas o confusas.